Imaginemos que todo lo que está hecho de plástico en nuestro hogar desapareciera. El entorno cambiaría significativamente: los dispositivos electrónicos quedarían reducidos a cables y circuitos expuestos, habría fideos y arroz desparramados en la alacena, incluso hasta prendas que llevamos puestas se esfumarían. Es que el plástico está en todas partes, hasta en la Luna: la bandera estadounidense plantada por Neil Armstrong es de nylon. Esa omnipresencia habla de su utilidad y versatilidad, pero también de nuestra dependencia.
El verdadero problema surge a la hora de desecharlo: lo que no se recicla o se reutiliza, se convierte en basura que demora siglos en descomponerse. Es necesario cambiar el pensamiento general de que la basura deja de ser nuestro problema una vez que la perdemos de vista. Ya que no podemos prescindir del plástico (al menos hasta que se desarrollen variantes más amigables con el ambiente), es imperioso buscar formas de reutilizarlo o de desecharlo de forma tal que pueda ser reciclado.
Por lo general, quienes tienen la voluntad de separar residuos chocan con el problema de no saber qué hacer después con ellos. En Tucumán existen diferentes alternativas, algunas gestionadas desde el Estado y otras por organizaciones no gubernamentales. Por caso, están las estaciones ambientales, cestos de colores ubicados en algunos espacios públicos para el depósito de plástico, vidrio y papel o cartón. Las que se habían apostado en las cuadras peatonales fueron retiradas por mala utilización, ya que se arrojaban residuos orgánicos. “No obstante, observo predisposición en los vecinos de separar los residuos. Lo que recogemos de las estaciones ambientales se lo entregamos a un emprendimiento de cartoneros que sostiene a varias familias de La Costanera”, señaló Jorge Pérez Musacchia, Director de Higiene Urbana de la capital, cuya sede de Alberdi 252 también recibe residuos secos.
Además, existen diferentes “puntos verdes” repartidos por la ciudad, aunque debido al contexto cambiante de la cuarentena, lo recomendable es interiorizarse en las redes sociales de agrupaciones como Salvarnos Salvando, Aquí nadie se rinde, Grupoverdetucuman, Nave Tierra (para residuos electrónicos), entre otras. También se puede buscar información en grupos de Facebook como Reciclar en Tucumán.
Tafí Viejo es el ejemplo a seguir en materia de reciclaje. “Nuestra premisa es clasificar diferentes tipos de plástico para darles un valor agregado y regresarlos a la cadena productiva”, resumió Daniel Castillo, gerente del CIAT. Por ordenanza municipal, las empresas deben separar sus desechos. Además de los puntos verdes que hay en la ciudad, también se recolectan residuos reciclables a domicilio una vez a la semana. En Yerba Buena, la Municipalidad incluyó en su app oficial la opción de solicitar el retiro de reciclables a domicilio. Además, hay una fuerte campaña de difusión de información vía mail y redes sociales. “Desde hace un par de meses comenzamos con recolección diferenciada. Los jueves solamente se recogen reciclables secos”, informó Hernán Macedo, responsable del tema de reciclaje en la Municipalidad.
Sin embargo, la acción de las municipalidades y de las ONG debe ir acompañada de una política provincial que coordine los esfuerzos, establezca objetivos claros y apunte a generar conciencia ciudadana sobre la importancia de reciclar.